Aumentamos nuestra expectativa de vida, ¿Y ahora qué?

Hace 20 000 años nuestra expectativa de vida al nacer era 18 años. A principios del 1800 era 36 años, es decir que para aumentar al doble nuestra expectativa de vida, tuvimos que esperar 20 000 años aprox, en los últimos meses se publico un estudio que pronostica para este año una expectativa de vida al nacer de 79 años.
Es decir que un lapso de tiempo mucho menor hemos logrado duplicar nuevamente nuestra expectativa de vida.
Las causas son muchas, tal vez la más importante es el avance científico medico, hemos logrado combatir enfermedades que devastaban sociedades enteras pero… ¿Y ahora qué? Es que ahora tenemos un nuevo desafío por delante, está bien vivir mas pero, mejor esta: vivir más y mejor.
Existen varias enfermedades que aparecen con el paso de los años y muchas son evitables, tenemos la dicha de contar con medicaciones que solucionan casi la totalidad de las presiones altas, colesterol elevado y la diabetes solo hay que diagnosticar estas enfermedades y solucionarlas; para que no se transformen en males mayores, como una hemiplejia, un infarto o terminar en diálisis, unidos a una maquina 3 veces por semana el resto de nuestra vida.

¿Dónde está la clave?
Ya el año pasado en el congreso europeo de cardiología se presentaron dos trabajos mostrando el verdadero camino para llegar a los 80 años plenos física y mentalmente.
Si analizamos que es lo que mata más gente en el mundo nos daremos cuenta donde actuar.
Las enfermedades cardiovasculares son la clave. Simple como eso. Debemos mantener nuestras arterias limpias a como de lugar.
Si cuidamos nuestra irrigación, tanto en el corazón, como en el riñón, como en el cerebro y además logramos controlar los diferentes factores de riesgo, manteniendo un peso adecuado con una alimentación acorde evitando el tabaco y una actividad física reglada, estaremos en el buen camino.
Claro está que, como en todos los órdenes de la vida deberemos optar.

¿De qué lado queremos estar?
Hoy sabemos que gran parte de nuestros problemas se originan en nuestros hábitos: alimentación, tabaco, alcohol, drogas, sobrepeso, sedentarismo, estrés, etc.
A su vez es fundamental ir al médico cuando uno está sano.

¿Por qué?
Porque es el único camino que tenemos para diagnosticar enfermedades que difícilmente dan síntomas como: la diabetes, la presión alta o el colesterol elevado.
¡Casi siempre llegamos tarde!
El paciente consulta con un dolor en el pecho y ya está con una enfermedad vascular, enfermedad que podía haber evitado si hubiera consultado antes (cuando estaba supuestamente sano).
De ahí el dicho, tía enferma tía eterna, que es esa persona que está en todas las familias, que vive en el médico ,pero que entierra a todos los familiares supuestamente sanos.
“Era tan sano nunca fue al médico” “Nunca tomo ni una aspirina”
La verdad era que no era sano, solo no iba al médico. Por lo tanto ignoraba su enfermedad.
No por no ir al médico se nos va a ir el colesterol, o nos va evitar la presión alta o la diabetes, o cualquier otra enfermedad que con un simple examen se diagnostica y se soluciona.
¿Cuántas vidas podíamos haber salvado si una persona que tiene un infarto a los 60 años hubiera tratado su colesterol a los 40?.
Entonces la clave esta ahí, si vamos al médico regularmente y desterrar la frase “No voy al médico porque siempre te encuentra algo”
¡Ojala me encuentre algo!

El solucionara los problemas ocultos que aparezcan, por nuestra parte realizaremos los deberes : mantener un peso adecuado , una actividad física reglada , una buena alimentación y esos 80 años serán plenos ,porque sabemos ahora que: Gran parte de nuestra salud depende de nosotros mismos.

Del libro Papá se enfermó del corazón.